1A, yo voy.

Me voy acercando, escucho bocinas, aplausos. Un Acoyte y Rivadavia, pleno centro del barrio de Caballito, con sus esquinas repletas de gente con banderas argentinas, ninguna política, sin embargo todos sabemos lo que pasa acá; todos están haciendo hablar a la democracia. El canto del himno nacional me llena los ojos de lagrimas y el cuerpo de esperanza. Independientemente de mi posición frente al gobierno, me enorgullece ver a personas, en su mayoría personas grandes, apostar a un avance, un crecimiento. A la unión de una idea que en algún momento se tomo y hoy se mantiene. A la creencia de que, en este caso, el presidente Mauricio Macri va tomar el timón y va a virar este barco que estaba camino a chocar con el iceberg . Unos coincidirán otros no, pero lo que no se discute es que somos un país que pone manos en el fuego frente a sus elecciones y puede salirnos mal esta vez, pero también puede ser que no. Y hoy, un 1° de Abril de 2017 decido pararme junto a esta multitud de gente y decir SI, SE PUEDE

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