Futurama
Las últimas estadísticas indicaban que por día se estaban produciendo al rededor de 23 suicidios. Desde que en el 2076 se descubrió que el ser humano tenía la capacidad de apagar su cuerpo sin violencia, ni medicamentos, sin sufrimiento ni municiones, la gente ante cualquier angustia se apagaba. En su mayoría lo hacían acostados. Los picos se daban los días domingos, eso aún con el paso de los años no ha cambiado. Estamos casi por llegar al año 2200 y nadie puede quitarle esa fama de depresivo e intolerante a ese día de la semana. La cuestión es que los gobiernos de casi todos los países del mundo estaban desesperados, la gente moría en cantidades obscenas. Un día llego un niño a una conferencia mundial acompañando a su madre embajadora. Tenía 7 años, de edad física y sólo física. Estuvo entre el gentío alrededor de 5 horas. Escuchó toda clase de discursos para intentar controlar la masa de muertes. Ya luego de varias charlas el niño se daba cuenta que todo lo que proponían era ajeno al ser que deseaba dejar de vivir. Ninguno expresaba una idea en relación a lo que el homicida sentía. Entonces con mucho valor y desarraigo, el pequeño se paro en una silla delante del atril. Tomo el micrófono con sus dos manos debido al peso y exclamó ¡Uds están haciendo política con la gente, y lo que la gente necesita es que dejemos nuestros celulares y nuestras tareas por un momento y los escuchemos. Las mismas estadísticas que anuncian tantas muertes es la misma que anuncia que hace años un ser humano no escucha al otro!
Y así fue como entendí que por mas avance o retroceso, en muchos casos, hay cosas que nunca podrán reemplazar un abrazo. Es cierto que ahora tenemos autos voladores y aviones ultrasonicos. Pero no tenemos amor y sin amor el mundo desaparece en cuestión de días.