No pierdas cuidado.
Qué pena los que gastan su tiempo tan valioso en criticar sin sentido.
Qué pena que no sepan cuánto vale cada segundo perdido.
Qué suerte que a esta altura no gaste vueltas del reloj en criticar lo que otro hace, si sabes que lo hizo con todo lo mejor que le sale.
Hay que aprender a darle espacio a lo que no nos gusta, a conocerlo antes de elevar el grito de desagrado, a corrernos en caso de saber que no es lo que nos llega. Y todo eso, sin necesidad alguna de faltarnos el respeto.
Qué suerte tengo de ir por la vida eligiendo a mi modo sin imposiciones, sin recelos. Las criticas las dejo para los débiles, yo sé quien me habla para que crezca y quien para que me esconda debajo de la cama.
Estemos más atentos al que nos quiere bien, al que nos cuida y al que nos riega.
Cuidado con los que fingen arrojar semillas para un florecimiento, que en realidad es un veneno que se planto con sonrisa.